Hola,
¡Experiencia sin pérdida!
Si lo hubiera sabido años antes, habría escrito algún libro, por pequeño que fuera, aunque tuviera solamente algunos capítulos y el tamaño o el tipo de escritura no importaran. La delicia de escribir y releer lo escrito una y otra vez hasta que quede a gusto de uno, reflexionar en las líneas marcadas con prosa, verso y poemas… es simplemente una maravilla. Poder compartir es un deleite; bueno, ya lo dije, pero cambio la palabra por placer. ¡Sí, mejor!
Durante todo este tiempo escribiendo he podido aprender un montón de cosas de cuya existencia no tenía ni idea; por ejemplo, los detalles de la tapa y contratapa, la numeración de las páginas, las ediciones y sus fechas… y eso que fui impresor tipográfico en mi propia imprenta desde “mis años mozos”; es decir, cuando era joven. ¡Vayan tiempos dorados! manos firmes y llenas de pintura.
Fui aprendiendo muchos detalles sobre la marcha. Entre ellos, la importancia de guardar el original en varios lugares, por si el ordenador terminaba fallando o el disco duro dejaba de funcionar, como me ocurrió en mi primer intento. Había escrito varios capítulos y, de la noche a la mañana, el disco duro de backup se averió y ya no pude recuperar los archivos de los primeros capítulos. ¡Menuda faena! A lo largo de este proceso, he aprendido lo dicho: “guardar los escritos en varios lugares”, o incluso enviármelos por correo electrónico; Así puedo tenerlos a buen resguardo, si fuera necesario.
Son pequeñas, pero deliciosas aventuras, como escritor principiante en este mundo tan vasto de la escritura, que me hacen más calvo cada día. Nunca había visto tanta letra frente a mis ojos y correcciones que hacer, día tras día mientras escribía, por lo tanto, lo que tenéis en la mano es el resultado de una verdadera odisea personal. Además, de sentir el amparo del Espíritu Santo en los pequeños detalles que estaré contando a través de la obra encomendada.
De corazón sincero y agradecido, escribo estas palabras como una nota.
Bueno, en »sol mayor en clave de fa».
¡Vamos! ¡Cantando y orando mientras escribo!

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